Algunas veces los árboles pueden producir daños a las estructuras locativas, de redes aéreas o redes subterráneas, siendo éstos posibles motivos para su tala.
Una tala a un árbol mal hecha puede hacer que, por ejemplo, al llover, los árboles colapsen o se derriben o queden a medio caer. De ahí la importancia de hacer muy bien este procedimiento.